lunes, 25 de octubre de 2010

En Isla Socorro ya se proyecta "super" penal


El pasado 10 de Septiembre en Daño Colateral abordamos el tema de la crisis penitenciaria que vive el país, con la corrupción y las fugas masivas. Sugeríamos la construcción de un penal de máxima seguridad en la Isla Socorro, parte del archipiélago Revillagigedo, a casi 1000 kilómetros de la costa de Nayarit. Esto para trasladar ahí a los reos relacionados con delitos del narcotráfico.

Hay proyecto
Apenas unos días después, el pasado Martes 21 de septiembre, Genaro García Luna compareció ante el poder Legislativo. El titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) dijo que se gestiona la construcción de 12 penales de alta seguridad en el país. Aunque la localización de esos reclusorios aun no se define, destaca en su presentación "la construcción del módulo de super máxima seguridad en la Isla Socorro." Sin embargo, no dio ningún detalle al respecto ni especificó algún plazo en su construcción, aunque en la presentación de Power Point mostrada se mencionaba específicamente a dicho penal en el Pacífico.

Por su parte, la Secretaría de Marina dijo a La Jornada el pasado 24 de septiembre "que la dependencia no tenía conocimiento del tema."

No está claro el grado de avance que pueda tener el proyecto. Sin embargo es significativo que la Secretaría de Marina, que jugaría un rol fundamental en la seguridad de dicho penal, no esté enterada. O el proyecto de Isla Socorro es incipiente o, de plano, se omitió a la Marina en su planeación.






Fragmento de la comparecencia de Genaro García Luna donde muestra la gráfica que refiere al penal en Isla Socorro

Nivel de "super máxima seguridad."
En caso de concretarse el penal en la Isla Socorro sería un reclusorio federal con seguridad catalogada como "super máxima" que es un nivel superior a lo que actualmente se maneja en los 4 penales de máxima seguridad que ya existen. A este nivel, el primer penal que entre en operación será el de Papantla, que ya se construye como todo un complejo penitenciario federal en Veracruz y que contempla un módulo con ese nivel de seguridad capaz de albergar 250 internos. El aforo máximo del penal será de hasta 2,200 reos.

El nivel de "super máxima seguridad" está orientado a recluir ahí a personas que por su grado de peligrosidad intelectual o material tienen capacidad de seguir delinquiendo desde la cárcel, poniendo en riesgo al propio contexto interno carcelario y también, por su capacidad operativa, pueden poner en riesgo la seguridad exterior.
El costo del complejo penitenciario en Papantla está proyectado entre 900 y 1300 millones de pesos.

Por lo tanto, habría que partir de ahí para estimar el costo del penal de "super máxima seguridad" en Isla Socorro, por la construcción misma del penal pero también por la construcción de la infraestructura complementaria, la ampliación de la base naval de la Armada ahí estacionada, y el traslado de los materiales requeridos para la construcción. Es, sin duda, una empresa colosal pero con muchos beneficios.

No obstante, la construcción de los 12 penales buscaría estar lista para Marzo del 2012 y contempla un financiamieto basado en un "modelo de prestación de servicios con participación del sector empresarial". El pasado 1 de junio, Genaro García Luna afirmó que el proceso de licitación para la construcción de los 12 penales estaba "casi lista."

Una Federación incapaz de custodiar a sus internos
Esta ampliación de la infraestructura penitenciaria le permitiría al gobierno tener la capacidad para poder custodiar a la totalidad de los internos del fuero federal, entre quienes están los recluidos por delincuencia organizada, como delitos contra la salud.  Pero también le permitirá a la federación albergar a los los reos del orden común que requieren medidas especiales de reclusión.

Y es que en la actualidad, según datos contenidos en el Cuarto Informe de Labores de la SSP, el gobierno sólo dispone de 7 penales federales con capacidad para 9,494 internos. Este tipo de reclusorios ofrecen una seguridad mayor en comparación con los penales estatales o municipales. Sin embargo, el gobierno federal no tiene capacidad para hacerse cargo de todos los reos que son de su competencia y los distribuye en prisiones estatales y municipales.

El problema del rezago penitenciario es de tal dimensión, que actualmente en los penales de los 3 niveles de gobierno, hay recluidos 45,446 reos del fuero federal. Así que los penales federales, con un aforo de 9,494 lugares, solo son capaces de albergar al 20% de los internos que le competen. Y para hacer la situación aun más grave, en penales federales hay 2,068 delincuentes del fuero común que, por su peligrosidad, han pasado a penales de mayor vigilancia.

Otro problema es la sobrepoblación. Según el mismo informe de la SSP, en los 429 penales de los 3 ordenes de gobierno que hay en el país caben 176,911 internos, pero actualmente hay una población 222,297. Esto es un sobrecupo del 25.7%.

Por eso se ha lanzado este proyecto de construir 12 penales para poder absorber todos los reos federales en centros de mayor seguridad y evitar las fugas masivas de delincuentes federales con vínculos a cárteles del narcotráfico, que se han venido dando en el país.

Los beneficios del penal en Isla Socorro
Esto fue lo que publicamos en Daño Colateral el pasado 10 de septiembre sobre los beneficios de construir un penal en Isla Socorro para los reos relacionados al narcotráfico.

Es necesario fortalecer las instituciones del Estado para que la guerra contra el narcotráfico sea efectiva. Y el sistema penitenciario es fundamental.

Ojala el presidente Felipe Calderón se animara a dar un paso extremo en el tema y construir un penal de máxima seguridad en ultramar. En alguna isla en el Pacífico a cientos de kilómetros de la costa para recluir ahí a delincuentes acusados de delincuencia organizada y narcotráfico.

Así funcionan las Islas Marías, un archipiélago en el Pacífico a poco más de 100 kilómetros de la costa de Nayarit, que desde 1905 funciona como una colonia penitenciaria mexicana.

Al principio fue ideada para enviar ahí a los criminales más peligrosos, pero luego se convirtió en una cárcel de puertas abiertas para reos de baja peligrosidad, a quienes se les permite cumplir sus condenas viviendo con sus familias.

Se requiere retomar el concepto original de las Islas Marías, pero en un nivel mucho más estricto, en islas más lejanas, como puede ser el archipiélago de Revillagigedo, posesión mexicana, que está a casi 1000 kilómetros de la costa de Colima.

La mayor isla del archipiélago es la Isla Socorro (18°48′0″N 110°59′0″O / 18.8, -110.98333). con una extensión de 132 kilómetros cuadrados y manantiales de agua dulce. Ya hay una base naval de la Armada de México ahí asentada con capacidad para albergar 235 personas. Hay también un helipuerto y una pista de aterrizaje con extensión de 1.24 kilómetros, suficiente para hacer despegar a un avión Hércules con 70 toneladas de carga.
Construir un penal en la Isla Socorro requiere mucha más infraestructura y trabajo que eso, pero las retribuciones serían amplias.

Por ejemplo, al no haber señal de telefonía celular se impediría a los delincuentes mantener contacto con sus organizaciones criminales y mucho menos llamar a los noticieros nacionales como lo hacía Osiel Cárdenas.
También se impide que esos mismos delincuentes sean liberados por sus cárteles para volver a nutrir sus células de sicarios y operadores y, mucho menos, salir a asesinar gente por las noches como lo hacían los reos de Gómez Palacio.

Las aguas que rodean la isla son, desde ahora, patrulladas por la Marina que ha sido uno de los combatientes más recios y efectivos en la guerra contra el narcotráfico, quienes además estarían a cargo de revisar las mercancías que se trasladen al penal e impedir que ingresen armas, lujos o teléfonos satelitales.

Habilitar un penal de gran capacidad para delincuentes relacionados con el narcotráfico, ahí o en cualquier otra isla alejada del territorio principal mexicano, sería un gran avance para definir un castigo verdadero y eficiente a los delincuentes del crímen organizado.

Como dijera recientemente un empresario tamaulipeco:
“A medidas extremas, soluciones extremas, y México en este momento no está para tibiezas.”


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