Hacen sus propios patrullajes, decretan sus propios toques de queda e imponen su propia ley. Son los dueños de la noche en una ciudad que tiene que doblegar su voluntad cada vez más, y cada vez de nuevas maneras.
Toque de queda
El pasado sábado por la noche los habitantes de Reynosa que salieron a divertirse fueron objeto de una nueva especie de toque de queda, la que imponen "civiles" y la que no ocupa de la Constitución. Las garantías individuales se desdibujaron entre las sombras de la noche.
A partir de las 11, el tag de #ReynosaFollow en Twitter comenzó a reportar que la gente que se divertía en antros estaba siendo desalojada. Se cerraron discotecas, bares, taquerías, restaurantes y, además, se dejó de vender cerveza en muchas tiendas de conveniencia.
El primer reporte del cierre de antros se dio en Twitter a las 11:12, cuando un usuario escribía "Gente, no se que pase pero ya cerraron los bares ahorita a las 11"
A su reporte siguieron más. A las 11:31, otro usuario confirmaba que "llegaron a un bar y les dijeron de mala manera que todos fuera. A partir de hoy todos cierran a las 11 hasta nueva orden."
Otro decía: "a mí me sacaron de 'La Bodeguita'. Y en el camino ví que la raza se estaba saliendo de otros lugares también."
Un comensal de la taquería Jimmy coincidía en que también habían llegado al lugar para desalojar a la gente y ordenar el cierre.
Los propios testigos que reportaban la situación aseguraban que quienes llegaron a desalojar y ordenar el cierre eran policías municipales mezclados con "civiles" evidenciando la situación de contubernio que reina en la ciudad.
Al mismo tiempo, convoys de lujosas camionetas realizaban inquietos patrullajes y ponían retenes en varios puntos de la ciudad.
Uno de esos retenes, según un reporte también en Twitter, fue puesto en la entrada al sector de Bugambilias, donde policías y transitos reportaban a los ocupantes de un vehículo particular "a grito abierto" la procedencia de quienes pasaban por el retén, principalmente trabajadores de compañías que regresaban a sus casas. "Estos son de Schlumberger, estos son de Halliburton," alertaban los policías y tránsitos.
Los reportes de lo que sucedía en la noche de Reynosa se fueron contando por decenas, confirmando un panorama generalizado de cierre de negocios y prohibición de venta de alcohol.
El concierto de los Tucanes
El único lugar que permanecía abierto era el estadio de beisbol, donde esa noche se presentarían los Tucanes de Tijuana.
Todo el operativo de desalojos y cierres generalizados parecía obedecer al concierto de los Tucanes, un evento que desde que se anunció, generó sospecha y fue visto con reservas por la gente.
La respuesta en taquilla estuvo lejos de ser la esperada, y quienes estuvieron en el concierto reportaron un aforo apenas cercano a las 200 personas.
Aun así, los Tucanes cantaron hasta las 5 AM.
Quienes realmente gobiernan la ciudad no querían sorpresas durante el concierto y tal vez a eso se deba el cierre temprano de toda la actividad social en Reynosa. El concierto era complacer a los jefes y habían prometido toda la seguridad para evitar contratiempos.
En YouTube hay corridos cantados por los Tucanes en honor a varios jefes actuales de la organización del Cartel del Golfo, tales como "Comandante R1" e incluso para cabecillas que han caído o han sido capturados como Osiel Cárdenas o el "Karis."
A eso se debió el fuerte aparato de seguridad dispuesto en la ciudad. Se cerró por completo un carril del puente que pasa al lado del estadio por parte de la policía municipal para evitar que alguien pudiera, por ejemplo, lanzar desde ahí una granada al interior.
Otra noche de terror
Y es que el concierto ocurría exactamente una semana después de que una granada fuera detonada, en la madrugada y en pleno fin de semana, afuera de uno de los antros más concurridos de la zona dorada de Reynosa.
Ello dio lugar a una intensa cacería en las calles aledañas en búsqueda del responsable del granadazo. Decenas de lujosas camionetas con ocupantes civiles armados dieron intensos rondines apoyados por patrullas y camionetas de la policía municipal.
Circulando a baja velocidad y muchas veces en contra de la circulación abordando, sometiendo e interrogando a cualquier persona que les pareciera sospechosa.
Son ya varias las ocasiones en que se detonan granadas en las noches de Reynosa. Presuntamente, son miembros del cártel rival que se infiltran en la ciudad y buscan desestabilizar y "calentarle la plaza" a los que tienen el control.
Hace apenas unos días el Diario de Ciudad Juárez escribía un editoral dedicado al crimen organizado con una frase lapidaria: "Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad."
El mismo caso se podría aplicar en Reynosa, donde la policía municipal sirve al crimen organizado. Los apoya en sus patrullajes y se someten a su ley con un nivel de flagrancia tal que pueden llegar a decretar un "toque de queda" y detener la vida en una ciudad así como así, para que los jefes se puedan divertir con seguridad oyendo a los Tucanes de Tijuana.
Al fin y al cabo, de entre otras muchas cosas, ellos controlan los giros negros, cobran cuota en los bares y antros, distribuyen su mercancía en los tabledance despojando a sus dueños, disponen de la "guardia" de camionetas civiles con ocupantes armados que por las noches patrullan la ciudad deteniendo e interrogando a quien les plazca.
No hay poder, ley ni Constitución que los detenga. Ellos son los dueños de la noche.
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