martes, 21 de septiembre de 2010

Las Armas del Narco: El Poder de Fuego


“Existe un tema en donde México necesita de su cooperación. Esto es: detener el flujo de armas de alto poder y otro armamento letal a través de la frontera.”

Era Felipe Calderón hablando en Washington ante el Congreso de los Estados Unidos el 20 de Mayo de este año. Apenas terminó su frase y recibió una ovación de pie por parte de los congresistas estadounidenses.
“Respeto totalmente. Permítanme ser muy claro en esto,” enfatizaba Calderón. “Respeto totalmente y admiro la Constitución americana. Y entiendo que el propósito de la Segunda Enmienda es garantizar a todos los buenos ciudadanos americanos la capacidad de defenderse a sí mismos y a su Nación.

“Pero créanme,” agregaba el mandatario mexicano. “Muchas de estas armas no están terminando en manos de americanos honestos. En vez de eso, miles de estas armas están terminando en manos de criminales. Sólo para darles una idea. En México, en los últimos tres años, hemos decomisado 75 mil pistolas y armas de alto poder, y más de 80 por ciento de las que se han podido rastrear, provienen de Estados Unidos.”

La exigencia a Estados Unidos
Y fue entonces, cuando Felipe Calderón lanzó una tesis polémica al asegurar que la apertura a la venta generalizada de armas de asalto a los civiles disparó la violencia en México.

“Si observan detenidamente,” aseguraba, “se podrán dar cuenta de que la violencia en México empezó a crecer un par de años antes de que yo tomara posesión, en 2006. Esto coincide, por lo menos, con la derogación de la Prohibición de Armas de Asalto en 2004.”

Y enseguida lanzó al Congreso estadounidense una petición, con cierto tono de exigencia, que iba a despertar polémica y a dividir las opiniones en la cúpula política de Washington.

“Quisiera pedir al Congreso que nos ayuden, con todo respeto, y que entiendan lo importante que es esto para nosotros y que ustedes apliquen la legislación para detener el abastecimiento de este tipo de armas a los criminales. Y les pediría que consideren la restitución de la Prohibición de Armas de Asalto.”

A la petición siguió otra ovación de pie de varios segundos aunque, esta vez, sólo los demócratas aplaudieron. Los republicanos, defensores a ultranza del libre mercado de armas, permanercieron sentados.

Exigencia legítima, pero tesis débil.
La exigencia al Congreso de mayor control del flujo armamentístico en Estados Unidos, era legítima pues la mayor parte de las armas que entran a México proceden del país del norte.

Sin embargo, la tesis de que el incremento de la violencia en México, que comenzó en 2004 coincidió con la derogación del control de armas de asalto en Estados Unidos era débil.


Esto fue demostrado por Diego Valle, analista estadístico que en su blogestudió el comportamiento de la violencia en México a través de las cifras de homicidios registrados en el país y no encontró correlación directa, ni evidencia concluyente que sustentara la tesis del presidente Calderón.

Valle examina las cifras periódicas de homicidios en las distintas entidades o ciudades violentas, y no encuentra un patrón ascendente de la criminalidad atribuible a la legislación armamentística de Estados Unidos, más bien, las cifras coinciden con las disputas territoriales propias de los carteles.

En realidad, los carteles del narcotráfico han conseguido y siguen consiguiendo sus arsenales en el mercado negro de las armas que siempre ha existido en el mundo con o sin legislación del control armamentístico para civiles en Estados Unidos.

La responsabilidad recae en las aduanas mexicanas que no han sido capaces de sellar la fronera al tráfico de armas, y de las autoridades estadounidenses que tampoco han actuado con eficiencia para detener a las mafias que se dedican al mercado negro de las armas en su propio territorio porque, al final, las armas no llegan solas hasta la frontera.

Crimen: Poder de fuego militar
El caso es que los carteles han ido incrementando su poder de fuego, y en sus arsenales cuentan ya con armas de lo más sofisticado. Muchas de ellas no estan al alcance de los civiles en las armerías normales.

Para muestra lo ocurrido 7 de Noviembre de 2008, en Reynosa, cuando el Ejército Mexicano realizó un espectacular decomiso de armas, que por la cantidad y el poder de fuego, está considerado como el más importante en la historia del país.

El arsenal era tan numeroso, que cuando fue presentado a los medios de comunicación, no había una sóla cámara fotográfica que en una misma toma pudiera captarlo todo.

El poderoso arsenal decomisado en Reynosa en 2008
Más de 500 mil cartuchos útiles de diversos calibres, 407 armas largas y cortas, 287 granadas, mil cargadores, 2 lanzagranadas de 37 milimetros, 14 tubos de TNT,  9 cuadros de material explosivo., 67 chalecos antibalas, un lanzacohetes Law. Suficiente para armar a un pequeño ejército.

Pero más alla de la cantidad, era el poder de fuego de las armas presentadas lo que hizo preocuparse a los altos mandos militares.

En el arsenal decomisado iban 7 rifles Barret M107 calibre 50 milimetros, 14 ametralladoras P90 y lanzadores múltiples de granadas 37 milímetros. Armas de lo más destructivo que se puede encontrar en el mercado.

El Barrett, por ejemplo, fue usado por el ejército de Estados Unidos en Irak y Afganistán. Es un rifle de alto alcance y poder, pues llega a destruir objetivos hasta a 2 kilómetros de distancia y, aun a ese rango, logra perforar una placa de acero de 3 centímetros de grosor. El Barrett es calibre .50, munición que mide 13.8 centímetros de largo, más del triple que una bala para “cuerno de chivo,” que mide 3.87.

Este rifle es un arma altamente destructiva, pues no sólo sirve para labores de francotirador sino que también llega a funcionar como antiaérea pues un disparo bien colocado en la transmisión de un helicóptero es suficiente para derribarlo.

Por eso a veces, los estrategas de fuerzas especiales se toman sus reservas a la hora de intentar una incursión con helicópteros en una operación de captura de algún capo importante, porque normalmente, sus estacas (grupos de seguridad personal) portan las armas más sofisticadas del arsenal para la protección de los grandes jefes. Generalmente hay Barretts a la mano de los sicarios para repeler una incursión en helicóptero de los militares.

El Barrett se ha convertido en un arma de leyenda, no sólo por su funcionalidad sino por el efecto psicológico de su poder destructivo en el enémigo. El sonido del disparo se vuelve inconfudible, una detonación altamente sonora y seca, con el posterior eco y silbido del proyectil rompiendo el aire en una gran distancia, tiene un efecto devastador en quien lo oye venir.

Cada rifle tiene un precio en el mercado de 9,345 dólares, según el sitio web de la fábrica.

Escena de la película “Hurt Locker” donde un Barrett es usado en Irak en labores de francotirador

El P90, por su parte, también tiene su nivel de destructividad pues es capaz de disparar 900 veces por minuto, un volúmen de fuego superior al “cuerno de chivo” y al AR-15, que son los rifles de asalto más usuales en el crimen organizado. Es también una arma de alta efectividad en la distancia media, pues es capaz de ofrecer precisión y volumen de fuego a 200 metros.

El P90 en acción

En el arsenal también fueron decomisados 2 lanzadores múltiples de granadas (MGL). Cada uno tiene cargador para almacenar 6 granadas de 37 mm, y disparar semi automático 3 veces por segundo, con un alcance de tiro de casi 400 metros.

MGL similar a los decomisados, en demostración

Y al decomiso hay que sumarle decenas de rifles AK47 “cuerno de chivo” y AR15 que también fueron confiscados en aquella ocasión.

Criminales bien adiestrados
El problema es que la mayor parte de las armas sofisticadas en el crímen organizado están en manos de gente bien adiestrada que sí las sabe usar.

El 24 de agosto de 2010 se dio en Reynosa un fuerte enfrentamiento entre miembros del crimen organizado y el Ejército Mexicano, en el que los verdes llevaron la peor parte.

Un testigo que presenció los hechos habla en un foro de internet, del nivel de adiestramiento que tienen los sicarios.

“Creanme cuando les digo,” advierte el testigo. “Se que hay mucho pendejo que nomas sirve pa apretar gatillo y que la patada del arma los voltea pal cielo, pero la gente que vi disparando, sabe hacerlo. Pura tactica de milicia. Desde la llegada de refuerzos hasta la forma de replegarse. Esta gente sabe lo que hace. Y cala decirlo, pero ahora sí trozaron a los guachos (soldados).”

Y es que no debemos olvidarnos que los Zetas fueron fundados por varios militares que desertaron del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano, mejor conocidos como los GAFES.

Este grupo de élite militar fue capacitado para realizar diversas operaciones de precisión como infiltración en paracaídas, misiones de francotirador, emboscadas, despliegues rápidos en terrenos difíciles, operaciones de asalto y rescate de rehenes.

También realizaron sus entrenamientos con distintas unidades de élite en el mundo. Los GAFEs recibieron instrucción en centros de adiestramiento de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos como Fort Bragg, Carolina del Norte y Fort Benning en Georgia donde fueron capacitados en funciones de asalto y francotirador con el uso de las armas más sofisticadas, entre las cuales estaban el Barrett .50 y el lanzador múltiple de granadas (MGL), mismo tipo de armas que luego serían confiscadas en Reynosa a los grupos criminales.

GAFES en desfile militar con el fusil Barrett .50
Se calcula que fueron más de 30 los GAFES que desertaron del Ejército Mexicano para fundar “Los Zetas” en 1998. Aunque la SEDENA se ha negado a revelar los nombres de los soldados desertores, se cree que el actual jefe de la organización, Heriberto Lazcano, fue un GAFE.

El día que se confiscó el poderoso arsenal en Reynosa, ahí también fue detenido Jaime González Durán, “El Hummer,” uno de los principales cabecillas de la organización de “Los Zetas” que también había sido desertor de los GAFES. Durante todo el traslado del lugar de la detención al aeropuerto, sus sicarios fueron atacando el convoy militar tratando de liberar a su jefe. Se colocaron barricadas con autos civiles secuestrados para tratar de impedir el traslado, pero el convoy militar logró abrirse paso con el detenido y logró entregarlo al avión que lo llevaría a la ciudad de México.

Muchos de los GAFES fundadores de “Los Zetas” ya murieron o, como el “Hummer,” han sido capturados, sin embargo, las deserciones del Ejército no han parado y es probable que más soldados con instrucción de fuerzas especiales se hayan unido al crimen organizado.

En noviembre de 2008, la SEDENA reveló el número de efectivos de fuerzas especiales que habían desertado de la milicia. Desde finales de los 90s hasta 2008 en que se divulga la información, habían desertado 1559 elementos. No hay un cálculo aproximado de cuántos de estos elementos hayan sido captados por el crimen organizado, pero es un número muy alto de hombres con alta capacitación en el manejo de armas en el mundo civil, por lo que seguramente habrán recibido ofertas tentadoras.

Se puede decir que aquellos GAFES fundadores de “Los Zetas” dejaron escuela. Mientras funcionaron como brazo armado del Cártel del Golfo capacitaron a los miembros de la organización en operaciones de asalto y emboscada, intercepción de comunicaciones, francotirador y todo lo que habían aprendido en la milicia. También comenzaron a adquirir en el mercado negro el armamento de última generación que habían aprendido a usar.

Por eso cuando el testigo de aquella balacera de mediados de Agosto de este año en Reynosa dice que los sicarios usan pura táctica de milicia y saben lo que hacen no está tan equivocado. Son combatientes de élite con poder de fuego y alta capacitación los sicarios que participan en las operaciones más sensibles del crímen organizado. A los patrullajes de rutina mandan, eso sí, a los aprendices inexpertos que apenas empiezan a foguearse en el manejo de fusiles automáticos.

Ahí radica la importancia del Ejército Mexicano y la Marina combatiendo al crimen organizado. Hay quienes dicen que las Fuerzas Armadas no debieran actuar como policía, pero viendo el poder de fuego y armamento que tienen los criminales, sólo la milicia les puede hacer frente. Es por eso que las policías locales se han doblegado tan facil hasta ser prácticamente inexistentes.

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