viernes, 24 de septiembre de 2010

Coincido: Algo está podrido en el país


Hay momentos en los que busco, simplemente, evadirme de los temas de seguridad o, mejor dicho, de la falta de ella. Recurrir a información de otros tópicos y distraer la mente de los acontecimientos que cansan, agobian y encierran.

El futbol parecía una buena opción. Entré a MedioTiempo.com y de inmediato busqué la columna de Martín del Palacio, uno de mis colaboradores predilectos de ese medio. Martín trabaja para el portal de la FIFA y vive fuera del país, pero mantiene una percepción muy aguda de lo que sucede dentro de él en términos del futbol local, prensa mexicana, y demás.

Después de leer su columna quedé más preocupado de lo que estaba antes. Entré buscando futbol para el “desenpance” y me topé con otra vertiente de la situación violenta que vivimos.

La columna se titula “Algo está podrido en el país.” Sin duda, muy ilustrativa de los tiempos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Halconeo: El Vacío Legal


Un testigo en Reynosa narra lo sucedido a partir del momento en que los soldados, que formaban un convoy de patrullaje, se dan cuenta que una camioneta los venía siguiendo a la distancia y sus ocupantes, jovenes, hablaban insistentemente por radio.

Por el comportamiento, los soldados dedujeron que eran “halcones,” es decir, espías del crimen organizado que se dedican a seguir a las unidades federales y van reportando todos sus movimientos a sus jefes alertando de cualquier operativo sorpresa.

Los militares los detuvieron, los revisaron a ellos y revisaron también el auto sin encontrar armas ni droga. Sabían perfectamente los soldados que los jovenes eran “halcones” pero al no traer armas ni droga técnicamente no había delito que perseguir. Se limitaron a escarmentarlos, golpeándolos, quitándoles el dinero, le poncharon las llantas a la camioneta y los mandaron a pie a sus casas.

No podían hacer otra cosa los militares que tragarse su frustración, pues el “halconeo” no está tipificado en el Código Penal de Tamaulipas y, por lo tanto, no tenía caso detener a los jovenes y entregarlos a la justicia pues no había delito que perseguir, a pesar de que claramente, estaban sirviendo a delincuentes.


martes, 21 de septiembre de 2010

Las Armas del Narco: El Poder de Fuego


“Existe un tema en donde México necesita de su cooperación. Esto es: detener el flujo de armas de alto poder y otro armamento letal a través de la frontera.”

Era Felipe Calderón hablando en Washington ante el Congreso de los Estados Unidos el 20 de Mayo de este año. Apenas terminó su frase y recibió una ovación de pie por parte de los congresistas estadounidenses.
“Respeto totalmente. Permítanme ser muy claro en esto,” enfatizaba Calderón. “Respeto totalmente y admiro la Constitución americana. Y entiendo que el propósito de la Segunda Enmienda es garantizar a todos los buenos ciudadanos americanos la capacidad de defenderse a sí mismos y a su Nación.

“Pero créanme,” agregaba el mandatario mexicano. “Muchas de estas armas no están terminando en manos de americanos honestos. En vez de eso, miles de estas armas están terminando en manos de criminales. Sólo para darles una idea. En México, en los últimos tres años, hemos decomisado 75 mil pistolas y armas de alto poder, y más de 80 por ciento de las que se han podido rastrear, provienen de Estados Unidos.”

La exigencia a Estados Unidos
Y fue entonces, cuando Felipe Calderón lanzó una tesis polémica al asegurar que la apertura a la venta generalizada de armas de asalto a los civiles disparó la violencia en México.

“Si observan detenidamente,” aseguraba, “se podrán dar cuenta de que la violencia en México empezó a crecer un par de años antes de que yo tomara posesión, en 2006. Esto coincide, por lo menos, con la derogación de la Prohibición de Armas de Asalto en 2004.”

Y enseguida lanzó al Congreso estadounidense una petición, con cierto tono de exigencia, que iba a despertar polémica y a dividir las opiniones en la cúpula política de Washington.

“Quisiera pedir al Congreso que nos ayuden, con todo respeto, y que entiendan lo importante que es esto para nosotros y que ustedes apliquen la legislación para detener el abastecimiento de este tipo de armas a los criminales. Y les pediría que consideren la restitución de la Prohibición de Armas de Asalto.”

A la petición siguió otra ovación de pie de varios segundos aunque, esta vez, sólo los demócratas aplaudieron. Los republicanos, defensores a ultranza del libre mercado de armas, permanercieron sentados.

Exigencia legítima, pero tesis débil.
La exigencia al Congreso de mayor control del flujo armamentístico en Estados Unidos, era legítima pues la mayor parte de las armas que entran a México proceden del país del norte.

Sin embargo, la tesis de que el incremento de la violencia en México, que comenzó en 2004 coincidió con la derogación del control de armas de asalto en Estados Unidos era débil.


domingo, 19 de septiembre de 2010

La Muerte del Periodismo en Tamaulipas




Podríamos redactar, desde ya, el acta de defunción del periodismo en Tamaulipas, particularmente en Reynosa. La lápida diría 17 de Febrero de 2009, como fecha del fallecimiento.

Ese día los ciudadanos de Reynosa vivieron una de las balaceras mas nutridas y prolongadas de que se tenga memoria en la ciudad. Al prender la televisión veían a uno de sus periodistas más conocidos, Miguel Turriza, recostado pecho a tierra sobre el puente Broncos, junto a su camarógrafo, reportando el intenso combate con armas de alto poder que lograba registrarse en el sonido de la cámara.

El reporte era digno de un corresponsal de guerra y, a través de YouTube, dio la vuelta al mundo acaparando espacios incluso hasta en la prestigiada cadena de noticias CNN. Hasta este momento, el video reporta 1.6 millones de visitas.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El Ejército en las calles, ¿Es inconstitucional?


De entre los diversos debates que generó la guerra contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón, destaca uno que comenzó muy pronto, casi tan pronto como la estrategia se concibió.

Se argumentaba que el uso de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico representaba una violación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Que los militares no tenían facultades para actuar ni en tiempos de paz, ni en temas de seguridad pública.

“Exacta conexión con la disciplina militar.”
Muchos de quienes acusaban la violación a la carta magna aducían el Artículo 129, en el que se establece que: “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas. “

La interpretaban como que, al no haber una declaratoria de guerra, el ejército debería permanecer en sus comandancias, campamentos o cuarteles y, por tanto, no estarían facultades para actuar fuera de sus designios.

Sin embargo, la redacción del artículo tiene una especificación clave al precisar que puede realizar aquellas funciones “que tengan exacta conexión con la disciplina militar.”

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El discurso de Eugenio Hernández: Del “No pasa nada” a “La violencia nos rebasó.”



Si hay una región de México que en este momento se pueda considerar un estado fallido, ese lugar se llama Tamaulipas.

El gobernador del estado, Eugenio Hernández, está totalmente rebasado, incapaz de ponerle freno a la violencia. Pero, sobre todo, incapaz de dar la cara a sus gobernados y poderles dar una explicación honesta. De ofrecer disculpas ni hablamos, y de ofrecer su investidura en prenda, mucho menos.

Basta con revisar su discurso desde Febrero a la fecha para darnos cuenta que Eugenio Hernández no asume ni un ápice de responsabilidad en la situación actual del estado que gobierna, pero nos daremos cuenta también que su autoridad ha ido diluyéndose hasta un nivel caricaturesco.

En Febrero, Tamaulipas se convirtió en un escenario en guerra. El Cartel del Golfo y Los Zetas se dividieron generando una violencia fratricida, llevándose en el camino a los cuerpos de seguridad que protegían a uno u otro bando.

El 7 de Febrero por la madrugada, ocurrió en Reynosa uno de los enfrentamientos más fuertes de que se tenga memoria en el estado. Los sonidos de armas de alto poder y las detonaciones de decenas de granadas con que se enfrentaban delincuentes y efectivos de la Marina en la colonia Puerta del Sol se escucharon por la mayor parte de la ciudad. Extraoficialmente, las bajas por ambos bandos habrían sido más de 50.

Los medios locales guardaron silencio. Sin embargo, varios videos grabados por ciudadanos, con los sonidos del enfrentamiento, aparecieron en YouTube.

Siguió una escalada en la violencia. Caravanas de lujosas camionetas rotuladas con las siglas del Cartel del Golfo y otras con la Z, repletas de hombres armados, comenzaron a circular con flagrancia en carreteras, poblados y ciudades del norte del estado en medio de un silencio total de la prensa regional que no reportaba lo que sucedía en las calles.

Las redes sociales en internet se llenaron de reportes ciudadanos con detalles sobre fuertes combates entre civiles y militares en todo el estado, bloqueos de avenidas mediante el robo con violencia de autos particulares, atentados con granadas en edificios de cuerpos de seguridad, levantones múltiples de policías en sus propios cuarteles pero, sobre todo, llamados de auxilio de la ciudadanía rogando la atención de la prensa nacional ante el silencio de los medios locales.

“No pasa nada. Son rumores.”
Desde el gobierno del estado, el mensaje era que no pasaba nada. Que dichos reportes obedecían a una psicosis y, casi entre risas, se minimizaban los testimonios de los ciudadanos en las redes sociales.

“No hay nada,” decía Eugenio Hernández a la prensa local el 25 de Febrero. “Gran parte de la psicosis ha sido generada por rumores infundados. Quiero hacer un llamado a la población para que no se haga caso de rumores ni de información divulgada por las redes sociales de Internet, porque han hecho mucho daño en Tamaulipas.”

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