Dos Horas en Compañía de un Soldado
En un aeropuerto se encuentran un joven civil y un oficial del Ejército. Por dos horas conversan sin guardarse nada sobre la situación actual. ¿Cómo viven? ¿Qué opinan? ¿Qué valores los mueven?
El Silencio en Matamoros. Tony Tormenta amordaza, aun muerto
Como el Cid Campeador, Tony Tormenta sigue ganando batallas aun después de muerto. Su último triunfo fue reiterarse ante la prensa local de Matamoros como un innombrable. Al día siguiente de su muerte, ningún medio local reporta la caída.
Ciudad Mier: Éxodo, desplazados, cenizas y guerra
Un pueblo fantasma del cual todos se han ido y solo quedan las cenizas como vestigios de enfrentamientos pasados. Los habitantes han tomado sus cosas y se han ido de Mier. Hoy viven en albergues de otras ciudades.
Los Desplazados: Los Olvidados por los Políticos
Los desplazados de Mier han quedado en el olvido de los políticos. Felipe Calderón ni siquiera ha tocado el tema públicamente. Eugenio Hernández, gobernador de Tamaulipas, se limitó a enviar un representante al albergue. El alcalde de Mier, Iván Mancias, aseguró en televisión nacional que han sido "hechos aislados."
viernes, 24 de septiembre de 2010
Coincido: Algo está podrido en el país
jueves, 23 de septiembre de 2010
Halconeo: El Vacío Legal
martes, 21 de septiembre de 2010
Las Armas del Narco: El Poder de Fuego
domingo, 19 de septiembre de 2010
La Muerte del Periodismo en Tamaulipas
Ese día los ciudadanos de Reynosa vivieron una de las balaceras mas nutridas y prolongadas de que se tenga memoria en la ciudad. Al prender la televisión veían a uno de sus periodistas más conocidos, Miguel Turriza, recostado pecho a tierra sobre el puente Broncos, junto a su camarógrafo, reportando el intenso combate con armas de alto poder que lograba registrarse en el sonido de la cámara.
viernes, 17 de septiembre de 2010
El Ejército en las calles, ¿Es inconstitucional?
miércoles, 15 de septiembre de 2010
El discurso de Eugenio Hernández: Del “No pasa nada” a “La violencia nos rebasó.”
Si hay una región de México que en este momento se pueda considerar un estado fallido, ese lugar se llama Tamaulipas.
El gobernador del estado, Eugenio Hernández, está totalmente rebasado, incapaz de ponerle freno a la violencia. Pero, sobre todo, incapaz de dar la cara a sus gobernados y poderles dar una explicación honesta. De ofrecer disculpas ni hablamos, y de ofrecer su investidura en prenda, mucho menos.
Basta con revisar su discurso desde Febrero a la fecha para darnos cuenta que Eugenio Hernández no asume ni un ápice de responsabilidad en la situación actual del estado que gobierna, pero nos daremos cuenta también que su autoridad ha ido diluyéndose hasta un nivel caricaturesco.
En Febrero, Tamaulipas se convirtió en un escenario en guerra. El Cartel del Golfo y Los Zetas se dividieron generando una violencia fratricida, llevándose en el camino a los cuerpos de seguridad que protegían a uno u otro bando.
El 7 de Febrero por la madrugada, ocurrió en Reynosa uno de los enfrentamientos más fuertes de que se tenga memoria en el estado. Los sonidos de armas de alto poder y las detonaciones de decenas de granadas con que se enfrentaban delincuentes y efectivos de la Marina en la colonia Puerta del Sol se escucharon por la mayor parte de la ciudad. Extraoficialmente, las bajas por ambos bandos habrían sido más de 50.
Los medios locales guardaron silencio. Sin embargo, varios videos grabados por ciudadanos, con los sonidos del enfrentamiento, aparecieron en YouTube.
Siguió una escalada en la violencia. Caravanas de lujosas camionetas rotuladas con las siglas del Cartel del Golfo y otras con la Z, repletas de hombres armados, comenzaron a circular con flagrancia en carreteras, poblados y ciudades del norte del estado en medio de un silencio total de la prensa regional que no reportaba lo que sucedía en las calles.
Las redes sociales en internet se llenaron de reportes ciudadanos con detalles sobre fuertes combates entre civiles y militares en todo el estado, bloqueos de avenidas mediante el robo con violencia de autos particulares, atentados con granadas en edificios de cuerpos de seguridad, levantones múltiples de policías en sus propios cuarteles pero, sobre todo, llamados de auxilio de la ciudadanía rogando la atención de la prensa nacional ante el silencio de los medios locales.
“No pasa nada. Son rumores.”
Desde el gobierno del estado, el mensaje era que no pasaba nada. Que dichos reportes obedecían a una psicosis y, casi entre risas, se minimizaban los testimonios de los ciudadanos en las redes sociales.
“No hay nada,” decía Eugenio Hernández a la prensa local el 25 de Febrero. “Gran parte de la psicosis ha sido generada por rumores infundados. Quiero hacer un llamado a la población para que no se haga caso de rumores ni de información divulgada por las redes sociales de Internet, porque han hecho mucho daño en Tamaulipas.”